Una preciosa rana, habitante de la Amazonia, donde lleva una vida nocturna ( impresionantes ojos) y muy arboricola.
Durante siglos, los indígenas han usado la secreción de su piel para la cura de diversas enfermedades, y ahora, en la actualidad se usa para tratamientos contra sida, cáncer, depresión y mal del Parkinson.
Fotografiada en Veneno, Faunia. Madrid.
osea que hay que cuidar esta especie de los traficantes de animales ,ya que sirve para fines terapeuticos se presta para su comercializacion
ResponderEliminarEfectivamente Beatriz, cuidar estas ranas de los traficantes en una buena idea, pero también lo es proteger los habitats donde vive, beneficiando así otras muchas especies, tanto animales como vegetales...
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